Para el autor, el ser humano se ve obligado a modificar la he
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rencia, a través de la elección de su propio carácter. Por tal moti
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vo, a esa necesidad de elegirlo se denomina libertad en un primer
sentido; puesto que se está condenado a ser libre, y esto se trans
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forma al tener que elegir.
La ética es un tipo de saber que pretende orientar al indivi
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duo a la forja de su proyecto de vida, siendo consciente de qué ele
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mentos no pueden ser modificados para conseguir a través de un
buen carácter elecciones acertadas y decisiones prudentes.
Atender estas consideraciones es lograr sabiduría; no por
acumular conocimientos o deslumbrar a sus semejantes con ele
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vadas reflexiones, sino por prudencia, por el arte de saber elegir.
Es importante establecer que para una configuración inteligente
del carácter, se requiere saber la meta que orienta las acciones,
además del fin que se desea perseguir, forjar los modos de actuar
que permiten alcanzar lo planteado.
A partir de las ideas expuestas, el individuo debe tener con-
ciencia de las metas que persigue, además de habituarse a elegir y
obrar éticamente; ésta es la clave de la moral de las personas y de
una ética de las organizaciones. Por tal motivo, a esos modos de
actuar ya asumidos, que impulsan el deseo e incorporan al carác-
ter sus actos, se les denomina, tradicionalmente hábitos; si están
bien orientados reciben el nombre de virtudes, rasgos de honesti-
dad adquiridos por la fuerza de la voluntad, y guiados por la ra-
zón, que ayuda a lo correcto.
Aristóteles, citado por Hamburger (2002), destaca dos virtu
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des esenciales, como prudencia y justicia. Se obra racionalmente
cuando el actuar está orientado por las virtudes y no por los vi
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cios; en otras palabras al forjar el carácter propio, decidir lo justo
y respetar los derechos de los demás.
Por otro lado, Etkin (1998), afirma que el dominio del saber
o el conocimiento racional se preocupa de las explicaciones y de
la causalidad de los actos, mientras que la perspectiva ética se
preocupa de justificar acciones en términos de lo bueno, lo co
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rrecto y lo justo.
Conocer las razones, o la verdad de lo ocurrido, no significa
que esos mismos argumentos avalen lo considerado en el siste
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ma, como moralmente equitativo y acertado. El tema de lo ético no
cesa al decir la verdad, sino en reconocer si hay opción o libertad
en ello, y cuáles son los efectos sobre el derecho de los demás.
Sentirse responsable de sus actos en el grupo y en la organiza
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La ética como plataforma para la toma de decisiones en las empresas aseguradoras
Cristina Seijo y Lennys Carvajal
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