Innovación y Gerencia. Revista científica arbitrada
Vol. V. Nº. 2, Octubre 2012, pp. 80 - 91
UJGH · ISSN 1856-8807
Emprendimiento social del siglo XXI:
Un nuevo enfoque desde la praxis
gerencial
Beatriz Hernández*
Resumen
El presente artículo es producto del análisis interpretativo de teorías,
tesis, políticas sociales y objetivos de carácter mundial, argumenta-
do por Sanchis (2008), Marina (2010), Nava (2008), Ostrom (2009) y
Altuve (2006), orientando la idea central de emprender, ante necesi-
dades individuales y colectivas, donde el emprendimiento como he-
cho social se configura como un enfoque dentro del ámbito gerencial.
Al mismo tiempo, tiene por objeto construir una nueva definición de
emprendimiento social para la praxis gerencial frente a los retos del
siglo XXI, lográndose cumplir el mismo a través de una metodología
descriptiva documental.
Palabras clave: Emprendimiento social, hecho social, praxis gerencial.
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* Doctoranda del Programa en Ciencias Gerenciales (URBE, 2012). Magister Scientiarum en Gerencia
Empresarial (URBE, 2009). IngenieraIndustrial (LUZ, 2007). Coordinadora de Planificación y Desa
-
rrollo Institucional, Docente activa de las Cátedras: Planificación Empresarial e Higiene y Seguri
-
dad Industrial (UJGH). Correo electrónico: beatrizelena_hp@hotmail.com.
Recibido: 22-06-12. Aceptado: 10-09-12
Social Enterprise of the XXIst Century:
A New Approach from the Viewpoint
of Managerial Praxis
Abstract
This article is product of the interpretive analysis of theories, theses,
social policies and objectives of a world-wide nature, set forth by Sanchis
(2008), Marina (2010), Nava (2008), Ostrom (2009) and Altuve (2006) and
oriented toward the central idea of enterprise facing individual and
collective needs, where enterprise as a social fact is configured as an
approach within the managerial sphere. Likewise, the object of this study
is to construct a new definition of social enterprise for managerial praxis
confronting twenty-first century challenges, fulfilling this through a
descriptive, documentary methodology.
Keywords: Social enterprise, social fact, managerial praxis.
Introducción
El emprendimiento entendido como la capacidad para ini-
ciar cambios sustanciales desde la gerencia, viene explorando un
nuevo horizonte de impacto: el entorno social, delimitado por el
hombre a través de las fronteras de la educación y salud, lo cual
se ve materializado en el desempeño gerencial, buscando con ello
mejores servicios, reputación y un mayor capital social, al contar
con personas más autodeterminadas, orientadas al crecimiento y
desarrollo, tanto propio como de otros.
De este modo, el emprendimiento social constituye una pro
-
puesta de análisis en todos los contextos del quehacer productivo
y académico, teniendo claro que sus resultados obedecen a mu
-
chos caminos, pero a un solo objetivo: el impacto social positivo.
Sin embargo, emprendimiento social como término no tiene una
acepción definitiva o coincidente, pues ha sido analizado como un
fenómeno desde diversas aristas.
Asimismo, es importante entender que el emprendimiento
parte de la iniciativa o voluntad y ésta a su vez de la razón, todas
como un acto individual pero con impacto colectivo. Por tal moti
-
vo, para el propósito del presente artículo se partirá de la defini
-
ción del hecho social como doctrina del pensamiento social y su
vinculación en el marco legal venezolano, para luego incurrir en el
abordaje del emprendimiento y su enfoque social, presentando
las concepciones más recientes del término, para finalmente ela
-
borar un nuevo constructo frente a los retos del milenio.
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1. Fundamentación teórica
1.1. El hecho social según doctrina del pensamiento social
El término hecho social fue introducido en 1895 por el soció
-
logo francés Emilie Durkheim (1858-1817) como: “modos de ac
-
tuar, pensar y sentir externos al individuo, y que poseen un poder
de coerción en virtud del cual se imponen a él” (Durkeim, 1919).
Además, aclara que los hechos sociales son colectivos y ex
-
ternos al individuo. En este sentido, para la sociología, más aún
para el estudio de los hechos sociales, la unidad de análisis es la
sociedad más no el individuo. Así, Sanchis (2008) al analizar las
doctrinas filosóficas del Pensamiento Social encuentra que la de
-
finición de hecho social gira en torno al concepto de técnica, en
-
tendida como la clave de la interpretación de los hechos que forma
parte de la condición humana restringiendo el concepto de técni-
ca al aparato de la ciencia moderna, la tecnología y la producción,
sin tomar en aquellas técnicas relacionadas con el quehacer in-
dustrial, comercial, organizacional, psicológico, artístico, científi-
co, de planificación, sociológico, entre otras.
De este modo, el autor citado afirma que, en la actualidad, la
técnica ocupa tres grandes campos de acción:
El de la producción, desde la organización del trabajo hasta
la planificación.
El de la organización desde el ámbito económico, político y
administrativo.
El de las relaciones sociales.
Asimismo, analiza la concepción de la sociedad bajo las tres
ideas centrales de Durkeim (1919): Idea de estructura, donde la
sociedad está estructurada alrededor de un conjunto de pilares
que manifiestan a través de expresiones, una de ellas es la religio
-
sa. El referido autor describe a las creencias religiosas expresa
-
das en ritos, simbologías, emblemas o ideas abstractas como re
-
presentaciones elaboradas por la sociedad para afirmar su senti
-
do, su objetivo como tal. Para él, las creencias son indispensables
para la reproducción de la sociedad, en tanto acarrean una moral.
De igual modo, sostiene que para hacer efectivo el fin de los lazos,
es necesario que los componentes de la misma se apropien de las
creencias internalizadas y actúen conforme a ellas.
Por otra parte, se describe la idea de función, según la cual la
sociedad está estructurada en torno a un sistema social (com
-
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puesto por un capital social y un capital cultural), en ella cada in
-
dividuo cumple funciones o roles definidos antes de que su con
-
creción llegue a darse.
Mientras que la idea de Estado es definida desde la visión
durkheimiana, por las funciones que cumple, siendo estas fun
-
ciones limitadas, al no tener que manejar los lazos sociales ni la
conciencia colectiva. Para Durkheim el Estado es un tipo de con
-
ciencia colectiva, pero no la concentra toda: es un órgano de pen
-
samiento social y su función específica es elaborar ciertas repre
-
sentaciones sociales para dirigir la conducta colectiva.
A partir de estas referencias, es posible observar que el Pen
-
samiento Social introduce la idea de que la técnica subyace en to
-
dos los problemas y esferas. Sin embargo, en este artículo, la
construcción de teorías sobre emprendimiento social centrará su
interés en el campo de acción social, vinculando la importancia
del mismo en la dimensión laboral, educativa y su conexión con
los objetivos de desarrollo a nivel mundial establecidos por la Or-
ganización de las Naciones Unidas en el año 2000 en un progra-
ma en pro del desarrollo.
1.2. El hecho social en el marco de la Ley del Trabajo,
Trabajadoras y Trabajadores
Según el Artículo 25 de dicha de la Ley del Trabajo, Trabaja-
doras y Trabajadores (2012), el proceso social de trabajo tiene
como objetivo esencial superar las formas de explotación capitalis
-
ta, la producción de bienes y servicios que aseguren la indepen
-
dencia económica, satisfagan las necesidades humanas mediante
la justa distribución de la riqueza, creen las condiciones materia
-
les, sociales, así como las espirituales que permitan a la familia ser
el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas,
lograr una sociedad justa, amante de la paz, basada en la valora
-
ción ética del trabajo, en la participación activa, consciente, solida
-
ria de los trabajadores y las trabajadoras en los procesos de trans
-
formación social, consustanciados con el ideario bolivariano.
En consecuencia, el proceso social de trabajo debe contri
-
buir a garantizar:
La independencia y la soberanía nacional, asegurando la in
-
tegridad del espacio geográfico de la nación.
La soberanía económica del país asimilando, creando e inno
-
vando técnicas, tecnologías y generando conocimiento cien
-
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tífico y humanístico, en función del desarrollo del país y al
servicio de la sociedad.
El desarrollo humano integral para una existencia digna y
provechosa de la colectividad, generando fuentes de trabajo,
alto valor agregado nacional y crecimiento económico que
permita la elevación del nivel de vida de la población.
La seguridad y soberanía alimentaria sustentable.
La protección del ambiente y el uso racional de los recursos
naturales.
Visto de este modo, la praxis gerencial representa un proce
-
so idóneo para hacer del trabajo como hecho social, el mejor cami
-
no para crear la riqueza producto social, a modo de garantizar su
justa distribución, la vida digna del trabajador junto a su familia,
cubriendo las necesidades materiales, sociales e intelectuales,
según lo contemplado en el artículo 96 de dicha Ley.
1.3. Emprendimiento, su definición conceptual
La palabra emprendimiento proviene del francés entrepre-
neur (pionero). Su mayor acepción se ubica en las ideas para ini-
ciar negocios; desde el punto de vista económico y social, consti-
tuye una alternativa de solución para enfrentar situaciones de
crisis. Según Marina (2010), el espíritu emprendedor es la base,
apoyando la definición del grupo de trabajo B de nombre “Compe-
tencias Clave”, en el Programa Educación y Formación 2010 de la
Comisión Europea, que define dicho espíritu como la capacidad
para provocar uno mismo cambios (componente activo) y habili
-
dad para aceptar y apoyar transformaciones producidas por fac
-
tores externos (componente pasivo).
Como parte de un proceso de pensamiento estratégico, el
emprendimiento es analizado desde las escuelas descriptivas de
Mintzberg et al (1999), citado por Labarca (2008), las cuales se
centran en mostrar descriptivamente cómo y por qué surgen y se
desarrollan las estrategias en la empresa. Así, la escuela empren
-
dedora tiene como característica central que la estrategia existe
implícitamente en la mente del líder. Es considerada como una
perspectiva integrada, un sentido de dirección a largo plazo y una
visión del futuro de la organización. La aplicación de los plantea
-
mientos de la escuela emprendedora parece más apropiada en
dos situaciones:
En primera instancia, en las etapas iniciales de un negocio,
son necesarios un liderazgo fuerte y una visión estratégica para es
-
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tablecer una dirección adecuada. Un segundo momento de apli
-
cación, sería aquel que pueda catalogarse de difícil o en situación
de reconversión, cuando las grandes organizaciones requieren de
la praxis gerencial de líderes visionarios. En ambos casos, se ob
-
serva en contextos dinámicos; sin embargo, deben ser lo suficien
-
temente simples como para ser gestionados y controlados por un
único cerebro: el líder visionario, tal como lo plantea Mintzberg,
Ahustrand y Lambel (1999), citado por Labarca (2008).
Así, los emprendedores son capaces de introducir ideas, pro
-
ductos y servicios innovadores al mercado y desarrollar concep
-
tos que rompan los tradicionales del mercado. Estas empresas no
han adoptado estrategias genéricas, pero logran combinar efi
-
cientemente conceptos de bajo costo y factores diferenciales.
La mayor crítica para esta escuela se halla en el excesivo ca
-
rácter individual del proceso de formación de la estrategia, lo que
implica saber muy poco de cómo es realmente ese proceso en la
mente del directivo (el proceso se convierte en una caja negra en la
mente del directivo), además del riesgo que representa un posible
liderazgo con una marcada unidireccionalidad que no considere
la pertinencia como elemento clave para el éxito de la praxis ge-
rencial. El emprendimiento viene a ser aquella actitud y aptitud
de la persona que le permite emprender nuevos retos.
1.4. Emprendimiento social
Existen algunos conceptos acerca del emprendimiento so
-
cial, sin embargo, este término aún no alcanza una definición
concreta y aceptada por un colectivo, modificando su esencia se
-
gún el ámbito de acción, y en consecuencia, de sus distintas nece
-
sidades y expectativas.
En este sentido, el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), creado en el año 1959 en Washington DC- Estados Unidos,
surgió como alternativa de financiamiento de propuestas formu
-
ladas por empresas de sus países miembros.
Por su parte, Kantis (2009) definió el emprendimiento social
como el conjunto de acciones realizadas con el propósito de crear
valor social, asociándose mayormente esta tarea a Organizacio
-
nes de la Sociedad Civil (OSC), reconociendo al mismo tiempo que
cada vez hay más empresas desarrollando este tipo de iniciativas:
desde acciones puramente filantrópicas hasta verdaderos pro
-
yectos de negocios orientados a mejorar la calidad de vida de la
gente, así como los resultados económicos de las compañías.
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Para esta organización, el emprendimiento social comporta
los siguientes aspectos:
Su propósito primordial se orienta a crear valor.
Sus factores de integración: el liderazgo, estrategia, cultura
organizacional.
Sus mecanismos de implementación, los cuales se funda
-
mentan en: los flujos de trabajo, gestión de los recursos hu
-
manos, viabilidad financiera.
Gobierno y en este la continuidad entendida como presencia
física.
También el acceso a los recursos intangibles como legitimi
-
dad, credibilidad, capacidades críticas, acceso o redes.
Según el mencionado ente, el emprendimiento social tam
-
bién puede analizarse a través de la medición del desempeño y de
las fuerzas económicas, tecnológicas, políticas, ambientales, de-
mográficas y sociales.
En consecuencia, Ares (2004), al analizar la conducta de los
emprendedores, considera que a diferencia de este proceso enfo-
cado a los negocios, el social tiene por motivación el cambio en la
sociedad. Además, señala dos componentes en este tipo de em-
prendimiento como son la sostenibilidad social y ambiental de su
proyecto y un componente ético muy fuerte, exigiendo con ello
una trascendencia social, la cual según Cubillán (2012) se mani-
fiesta a través de la solidaridad, como modo de ser que lleva a ac
-
tuar, se hace explícito y real con los hábitos.
Aun cuando existen diversas definiciones por parte de orga
-
nizaciones y autores, coincidiendo en que el emprendimiento so
-
cial se origina a partir de una necesidad social, Nava (2008) consi
-
dera oportuno definir como necesidades sociales a aquellas de
origen educativo, sanitario, ambiental, cultural, social y laboral.
Cabe destacar que todo emprendimiento que se diga cohe
-
rente con las necesidades sociales debe estar enmarcado en las
políticas sociales del Estado. En referencia a esta idea, Altuve
(2006), bajo la concepción de corresponsabilidad entre ciudada
-
nos y Estado, asegura que las políticas sociales deberán tener
como finalidad capacitar, preparar y garantizar la salud, trabajo,
educación, seguridad social, vivienda; en fin, construir una ciu
-
dadanía de contenido social.
Sin embargo, partiendo de la idea de sistema, las políticas
sociales de Estado deben responder a los objetivos de desarrollo a
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nivel mundial establecidos por la Organización de las Naciones
Unidas ONU (2000), instando a cada jefe de Estado a ser agentes
catalizadores a través de sus políticas estratégicas. Los objetivos
formulados para el presente siglo por este organismo son:
Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Lograr la enseñanza primaria universal.
Promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de
la mujer.
Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.
Mejorar la salud materna.
Combatir el VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades.
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
A pesar del esfuerzo mundial por reducir los problemas objeto
de atención para la ONU, Venezuela ha creado mecanismos para
atenderlos, pero el desarrollo económico dicta las pautas para ma-
terializar ideas y procesos a su vez. Sin embargo, a fin de consoli-
dar un constructo teórico acerca del emprendimiento social con-
viene destacar las propuestas de Elinor Ostrom (1931- 2012), pri-
mera y única mujer Premio Nóbel en Economía en el año 2009.
Ante el planteamiento realizado, cabe resaltar que Ostrom
(2009) demostró en su tesis que las empresas y las asociaciones
de usuarios pueden gestionar mejor la propiedad común que las
autoridades públicas o el mercado. En este sentido, la referida
autora encontró que diversas sociedades tienden a crear y mante
-
ner a lo largo del tiempo complejas reglas, normas y sanciones
para garantizar que los recursos comunales como bosques, ríos o
pastizales, se utilicen de forma sostenible y llega a la conclusión
que este mecanismo de gobierno a menudo funciona bien, pu
-
diendo generar controversia sobre la eficiencia con formas tradi
-
cionales de propiedad.
Aunque los estudios de la economista no involucraron el
caso Internet como propiedad común, este es el mayor y más ro
-
busto bien comunal de la historia. En este caso concretamente es
manejable como propiedad común y no de las autoridades públi
-
cas, poniendo de relieve la eficiencia en la administración del bien
común y la veracidad de la tesis de la destacada investigadora.
Lo antes expuesto, constituye un argumento teórico com
-
probado como base para plantear una definición de emprendi
-
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miento social, basada en el análisis interpretativo de causas que
motivan a concebir dicho término desde una óptica integrada en
-
tre necesidades, causas de éstas, su abordaje e impacto y desa
-
rrollo económico, ambiental y social masivo y activo.
1.5. Nuevo constructo para el emprendimiento
social frente a los retos del siglo XXI
Para avanzar hacia la construcción de nuevas teorías refe
-
renciales, el emprendimiento social puede entenderse como la
iniciativa de un líder proactivo con alto sentido de la ética, capaz
de identificar oportunidades, desarrollar alternativas innovado
-
ras, generar un cambio social sostenido por la aceptación de la
comunidad que impacta, ser sustentable por ir más allá de lo que
se necesita y espera. Dicho líder puede ser de Estado, de empresa
e individual o natural, de tal manera que el emprendimiento so-
cial puede darse desde cualquiera de estas figuras.
Todo lo cual redunda en una praxis gerencial coherente y ne-
cesaria para responder a los cambios del siglo XXI, dada la deso-
rientación de las organizaciones en la misión que a bien tengan
plantearse al servicio de la humanidad. De igual modo, atendien-
do a estas fuerzas se define entonces el emprendimiento social:
Desde el plano educativo, el emprendimiento social podrá
verse manifiesto en las acciones emprendidas para formular y
ejecutar programas de profesionalización, enseñanza y atención
bajo un enfoque inclusivo, accesible e integral.
En torno al punto de vista laboral, el emprendimiento social
en las organizaciones se deberá apoyar en el marketing interno
para escuchar las necesidades de sus colaboradores y poder tras
-
cender a través de los programas de evaluación del desempeño,
de desarrollo de carrera a construir un actor social más conscien
-
te y motivado a dar respuestas pertinentes en todas las funciones
en las que se inserte. Todo esto, bajo un claro proceso de igualdad
de género, sin discriminación de raza, religión, entre otros.
En el contexto del sector salud, en el diseño de programas de
atención curativa y preventiva sin discriminación de clases, pero
con un orden de prioridad de acuerdo con criterios de importan
-
cia y urgencia. Siguiendo los objetivos del milenio, según la ONU,
los programas principales deberán estar orientados a la atención
de la maternidad y enfermedades como el VIH/Sida, malaria y
otras de alta morbilidad.
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Indistintamente de la perspectiva de acción, el emprendi
-
miento social podrá requerir el respaldo económico y financiero.
Una forma de reafirmar nuevamente la relación entre el desarrollo
económico y social de un plan, ya sea por parte de un país, empre
-
sa, u otro. En líneas muy sencillas, el emprendimiento del siglo XXI
significa trascendencia desde todas las esferas y sentar las bases
para nuevos emprendimientos cada vez más ambiciosos.
2. Abordaje metodológico
El presente artículo se deriva de una investigación docu
-
mental, de tipo descriptivo y diseño bibliográfico. En este sentido,
Bernal (2010) señala que este tipo de investigación consiste en un
análisis de información sobre un determinado tema, a los fines de
establecer diagnóstico y comparaciones, respecto al tema objeto
de estudio. Asimismo, para abordar el presente estudio, se recu-
rrió a la revisión de fuentes impresas mayormente: textos, revis-
tas científicas arbitradas impresas y electrónicas y documentos
disponibles en la Web identificadas en las referencias bibliográfi-
cas de este trabajo.
Reflexiones finales
Como resultado del análisis interpretativo de las doctrinas
de pensamiento social, bajo el enfoque de Ellul y Durkeim, docu
-
mentos legales y planteamientos de orden mundial, el emprendi
-
miento social orientado a responder a los retos del milenio deberá
evolucionar a un modelo de acción caracterizado por ser, por un
lado, altamente arriesgado, para poder asumir los retos cuyos re
-
sultados son impredecibles tales como los aplicables al sector sa
-
lud, los cuales implican tantas probabilidades de error como nue
-
vos sean los experimentos.
Por otro, se hace necesario el componente ético, con el valor
de la solidaridad liderando los escenarios de acción a sabiendas
de la poca conciencia de las víctimas de la pobreza económica,
moral, espiritual e intelectual, sin que esto justifique la continui
-
dad de los desórdenes.
La gestión ambiental resulta un camino piloto para asumir
el modelo de Ostrom (2009) como un modelo de gestión que no su
-
pedita las voluntades colectivas a una voluntad individualista
acostumbrada a ejercerse desde la función pública.
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El emprendimiento social desde las organizaciones resulta
un camino ideal para impulsar el emprendimiento individual de
sus colaboradores, dado que la relación organización-colabora
-
dores ejerce un comportamiento doblemente influyente , es decir,
las organizaciones influyen en las personas y las personas de
igual modo en las organizaciones. El emprendimiento se perfila a
ser cada vez más ambicioso, dadas las restricciones ya sea de in
-
formación, presupuesto, voluntad política y cultura.
Recomendaciones
Relacionar el emprendimiento social con la educación uni
-
versitaria y el impacto social de este a través de la Extensión,
concretamente en las acciones comunitarias, voluntariado e
investigación, a fin de determinar la influencia que tienen las
instituciones universitarias en el desarrollo de iniciativas, ya
sea de negocio o social.
Emprender acciones para el mejoramiento de la propiedad
común sin desplazar los aportes y ventajas de la tecnifica-
ción de procesos, para lo cual la formación y marketing para
el autofinanciamiento en las zonas económicamente y social-
mente desfavorecidas, juegan un papel fundamental.
Avanzar a la construcción de un sistema caracterizado por la
eficiencia de los recursos, donde reducir el tiempo de res-
puesta sea un objetivo compartido, lo cual se puede lograr
fortaleciendo la cultura de planificación y control.
Impulsar el emprendimiento en áreas que han sido aborda
-
das desde métodos convencionales como el deporte y la cul
-
tura a través de la educación como primer paso para la evolu
-
ción del emprendimiento como mínimo proporcional a las
necesidades planteadas.
Diseñar desde las empresas estructuras de inversión cónso
-
nas con el abordaje de aspectos ambientales, culturales, re
-
creativos, de salud, e incorporarlos a sus objetivos sociales.
Crear el observatorio de emprendimiento social para medir
su impacto desde las universidades, empresas, organismos
tanto públicos como privados y fundaciones, tomando como
base las necesidades sociales, económicas, culturales, edu
-
cativas de salud guardando en este sentido pertinencia con
los objetivos del milenio.
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