viles y del gobierno en varios países latinoamericanos como: Ar-
gentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, han demostrado que
dichas alianzas presentan características diferentes, pero con-
ceptualmente sus procesos están conformados por cuatro com-
ponentes: en primer término: inicio y desarrollo de la relación, en
segundo término: los lineamientos entre las misiones, estrategias
y valores de las organizaciones participantes, en tercer término:
la generación de valor para los socios, la sociedad en general, por
último, la gestión de las interacciones entre las partes.
Sobre ese particular, Hitt y Duane (2004) explican que una
alianza estratégica es una estrategia de cooperación, la cual re-
quiere que las empresas combinen parte de sus recursos y habili-
dades para logar una ventaja competitiva. Asimismo, la alianza es
empleada para describir cualquier tipo de relación colaborativa
que surja entre organizaciones, competidores, clientes, proveedo-
res, sindicatos, entidades gubernamentales, universidades, en-
tre otros. Por tanto, es una unión o agrupación de dos o más per-
sonas, naturales o jurídicas, con la finalidad de alcanzar una ope-
ración específica, sea industrial, comercial, de inversión, produc-
ción o comercialización externa, a fin de buscar beneficios econó-
micos, asumiendo los riesgos derivados.
De igual manera, Thompson y Strickland (2004) plantean
que las alianzas estratégicas son acuerdos de cooperación en los
cuales cada parte busca agregar sus competencias, los factores
objeto de la cooperación, con una visión de largo plazo. En otras
palabras, son compromisos entre dos o más organizaciones inde-
pendientes que articulan y comparten sus capacidades y recur-
sos, al establecer una significativa interrelación para aumentar
sus ventajas competitivas. Así también lo corrobora Becerra
(2006), al definirlas como la unión de socios con aportes particu-
lares concretos para el establecimiento de intercambios diversos,
donde se asumen nuevos compromisos de producción, servicios,
comercio, funcionamiento y actualización formativa con perti-
nencia social y desarrollo sustentable.
En fin, en las alianzas estratégicas deben evaluarse las prio-
ridades y determinar con quién resulta más conveniente celebrar-
las, de tal manera que puedan realizarse entre sujetos de hetero-
géneas naturalezas, construyendo una red que penetre a la socie-
dad entera; con la unión de instituciones de diversa índole, se
asumen distintas formas que varían desde reuniones breves e in-
formales hasta acuerdos que implican asociaciones, redes, confe-
deraciones, entre otros. Además, deben tener un carácter de largo
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_____________________________________ Innovación y Gerencia. Vol. VII. Nº 2, 2014