vida, conformado por un complejo entramado de relaciones entre
factores físicos, biofísicos, sociales y culturales, conformando
una realidad, la cual debe ser defendida y conservada para asegu-
rar la continuidad de estas relaciones en el tiempo.
Por su parte, De Alba (2011) entiende por medio ambiente el
entorno que afecta y condiciona al mismo tiempo las circunstan-
cias de vida tanto en las personas como en la sociedad, es decir, el
conjunto de valores naturales, sociales, culturales, existentes en
un lugar y momento determinado, ejerciendo influencia en la vida
del ser humano, así como también en las generaciones venideras;
además, viene a ser el espacio en el cual se desarrolla, abarca seres
vivos, objetos, agua, aire, incluyendo las relaciones entre éstos.
El concepto formulado por Contreras y Molero (2009), así
como el planteado por De Alba (2011), pone de relieve la importan-
cia del medioambiente para la existencia y continuidad de la vida
en el planeta mismo tal como se conoce, lo cual implica necesaria-
mente aportes individuales, grupales, nacionales e internaciona-
les, orientados hacia su conservación para garantizar su aprove-
chamiento por parte de las generaciones actuales y futuras.
Específicamente, a nivel empresarial, existe una conciencia
cada vez mayor sobre la importancia de no impactar negativa-
mente el medioambiente a través de las actividades productivas
en cualquiera de los elementos que lo conforman, por ello, mu-
chas de ellas llevan a cabo una gestión orientada a este propósito,
involucrando a cada uno de los colaboradores para cumplir con
este objetivo.
Al respecto, Menéndez et al (2009), comentan que la activi-
dad empresarial genera impactos ambientales, entendidos como
cualquier cambio en el medio ambiente, positivo o negativo, re-
sultante en todo o en parte de las actividades, productos o servi-
cios de una organización, originados por el consumo de recursos
o materia prima, agua, energía, entre otros, así como también por
su proceso productivo, a través del cual se vierten elementos tales
como: olores, residuos, ruidos, a la atmósfera, suelo y agua.
Si bien es cierto que los impactos ambientales no son exclu-
sivos de la actividad industrial, ésta es la de mayor incidencia en
dicha problemática; por ello, para minimizarla, se recomienda to-
mar medidas preventivas orientadas a evitar contaminaciones,
así como también medidas reactivas para corregir los impactos
negativos en cualquiera de los elementos a través de su interac-
ción con el entorno.
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_____________________________________ Innovación y Gerencia. Vol. VII. Nº 2, 2014