culturales a través de los programas, así como también de organi
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zaciones para reclamar sus deberes y derechos en materia de se
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guridad social.
Al respecto, Carrascal (2002), define la jubilación como:
Un mecanismo legal-administrativo por medio del cual el tra
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bajador de una empresa o institución pública que cumpla
bien con un límite de enfermedad o mínimo de tiempo de ser
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vicio independientemente de la edad o que demuestre invali
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dez total o parcial se desvincula definitivamente del proceso
productivo finalizando la relación de empleo de por vida cuyo
monto queda establecido según las condiciones laborales al
momento de jubilarse (p. 13).
Para los individuos amparados en el proceso de jubilación,
éste tiene diferentes connotaciones, en algunos casos positivas:
libertad, proyectos interesantes o mayor contacto familiar; pero
también se vincula con la etapa de la vejez y se concibe como un
estado caracterizado por reducciones de ingreso. Por su parte, Pe-
tróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) (2000, p. 2), define la jubila-
ción como: “el conjunto de medidas de previsión que conducen a
garantizar a los habitantes de un país, los medios económicos
para lograr condiciones esenciales”.
Estas condiciones esenciales abarcan por una parte la co-
modidad, salud, educación y recreación, así como las providen-
cias contra una serie de riesgos inherentes a la vida moderna, ta-
les como: el desempleo, enfermedad profesional o de otros oríge
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nes, invalidez parcial o total, ancianidad, educación de los niños y
de los derivados de la muerte del jefe de la familia.
Para la autora del artículo, la jubilación deriva satisfacciones
que muchos trabajadores asumen como una fuente de preocupa
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ciones, no sólo con su disminución vital y la aparición de las jubilo
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patías, sino por los problemas que ésta acarrea desde el punto de
vista afectivo, psicológico, económico, biológico, y social.
Por ello, jubilarse y envejecer, no justifica el retiro de la vida
social, sino por el contrario implica una forma diferente de parti
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cipación, indispensable para el propio crecimiento y el de las per
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sonas que reciben este beneficio. Además, cuando esto supone
más del 75% del tiempo del individuo, y se suma a la disminución
de ingresos económicos, se encuentra ante consecuencias negati
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vas, que repercute en el estado de ánimo del jubilado.
No necesariamente, los pensionistas se ven enfrentados
siempre a situaciones poco agradables. A veces se pueden asumir
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______________________________________ Innovación y Gerencia. Vol. II. Nº 1, 2009