Innovación y Gerencia. Revista científica arbitrada
Vol. IV. Nº. 1, Abril 2011, pp. 23 - 43
UJGH · ISSN 1856-8807
Valores organizacionales: Una visión ética
y humanística en el contexto universitario
Jessica González*
Desiree Albornoz**
Aivel Calimán***
Resumen
El propósito del artículo es profundizar sobre el tema de los valores orga-
nizacionales para impulsar un estilo de gestión, basado en lo ético y hu-
manístico, dentro del contexto universitario. Dicho estudio se centra en
los postulados de Cortina (2000), De la Calle y Ortiz (2004), O’Donnell,
(2007), Amaru (2009), entre otros. Para alcanzar este propósito se realiza
un estudio descriptivo documental. Se concluye que el éxito de las uni-
versidades depende de las relaciones laborales positivas que se cultiven
dentro y fuera del equipo, contribuyendo a fomentar actitudes de coope-
ración y habilidades técnicas esenciales en la consecución de las metas
institucionales.
Palabras clave: Valores organizacionales, visión ética y humanística,
contexto universitario.
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* Doctora en Ciencias Gerenciales (URBE). Magíster en Gerencia de Recursos Humanos (URBE). Li
-
cenciada en Relaciones Industriales (URBE). Coordinadora de Talento Humano Académico y Do
-
cente (UJGH). Docente de pregrado en el área de Recursos Humanos (UNEFA). Correo electrónico:
jessicagonzalezlemus@yahoo.es
** Magíster en Derecho del Trabajo (URBE). Licenciada en Gerencia de Recursos Humanos (UJGH).
TSU en Producción Industrial (IUTEPAL). Coordinadora de Relaciones Laborales y Docente
(UJGH). Correo electrónico: dealbornoz@ujgh.edu.ve
*** Magíster en Gerencia de Empresas Mención: Gerencia de Mercadeo (LUZ). Licenciada en Adminis
-
tración de Empresas (URU). Directora de Administración y Finanzas de la UJGH. Correos electróni
-
cos: calimanaivel@yahoo.com,aivelcaliman@ujgh.edu.ve
Recibido: 31-08-10. Aceptado: 10-12-10
Organizational Values: An Ethical and
Humanistic Vision in the University Context
Abstract
The purpose of this article is to deepen in the study of organizational val
-
ues in order to promote a management style based on what is ethical and
humanistic within the university context. The study centers on the pos
-
tulates of Cortina (2000), De la Calle and Ortiz (2004), O’Donnell (2007)
and Amaru (2009), among others. The study is descriptive and documen
-
tary. Conclusions were that university success depends on the positive
labor relations cultivated in and outside the team and contributes to fo
-
menting attitudes of cooperation and essential technical abilities in pur
-
suit of institutional goals.
Keywords: Organizational values, ethical and humanistic vision, uni-
versity context.
Introducción
Los valores organizacionales, en términos conceptuales, tie-
nen una importancia fundamental para todas aquellas institucio-
nes que desean incrementar la calidad de vida de las personas, al
dar sentido a la verdadera dimensión del ser humano en el con-
texto económico y laboral, contribuyendo a crear un entorno sa-
ludable, a partir de valores sólidos, con el fin de alcanzar las me
-
tas para mantenerse competitivas.
En tal sentido, dentro del plano estratégico, se pretende en
-
lazar los valores individuales y organizacionales, dando como re
-
sultado los valores compartidos, orientados a generar enuncia
-
dos esenciales propicios para el cumplimiento de la misión y vi
-
sión propuesta por la institución; éstos deben guiar e inspirar las
conductas de sus miembros y servir de mecanismo de autocon
-
trol, a fin de lograr los objetivos y metas.
En el caso de las universidades, consideradas como institu
-
ciones que deben centrar su labor en valores, tales como: el traba
-
jo en equipo, respeto, comunicación, diálogo, ética, confianza, en
-
tre otros, para así adaptarse a los cambios constantes y al merca
-
do competitivo, debe existir una verdadera transformación hu
-
mana, mediante la cual los empleados logren internalizar cada
uno de dichos valores y ejercer un comportamiento que implique
modos deseables de conductas, como puntos de referencia de
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normas específicas, donde todas estas características se traduz
-
can en afrontar las transformaciones de forma coherente, contri
-
buyendo así al éxito de la organización.
Ante la situación planteada, el presente artículo tiene
como objetivo profundizar sobre los valores organizacionales
para impulsar un estilo de gestión basado en lo ético y huma
-
nístico, dentro del contexto universitario, a fin de promover
prácticas por medio de las cuales las instituciones de educa
-
ción superior sean fuentes de valores sólidos que conduzcan a
la creación de un entorno laboral favorable. A los efectos de
esto, la investigación se fundamenta en las teorías referidas a
los valores, desde su dimensión humana y organizacional, para
luego presentar una serie de estrategias definidas para fomen
-
tarlos en el sector universitario.
1. Fundamentación teórica
1.1. Valores humanos: sentido a la verdadera dimensión
del ser humano en el contexto económico y laboral
Todas las personas poseen valores que les guían, de forma
consciente o inconsciente, en su proyecto de vida individual y co-
lectiva, por tanto, éstos se vinculan con aspectos culturales y vi-
vencias personales, aunque sus diversas trayectorias particula-
res, sociales o profesionales, difieren como consecuencia de las
distintas percepciones que cada quien tiene del mundo.
Al respecto, Thomas (2007) define los valores humanos
como aquellos bienes universales que pertenecen a la naturaleza
como personas y, en cierto sentido, humanizan al perfeccionar la
naturaleza humana. Asimismo, representan todas aquellas cosas
consideradas buenas para la aplicación en el diario vivir y que
mejoran al individuo en su sensibilidad humana; por ende, deben
ser asimilados, al formar parte de la convicción del individuo para
motivar sus decisiones.
En el orden de las ideas anteriores, los valores simbolizan la
razón por la cual las personas viven y tienden a orientar su exis
-
tencia; sin referencia de ello, no hay grandes cosas a las cuales se
pueda equilibrar el ser humano; de igual manera, su naturaleza
varía en el tiempo y espacio; asimismo, son considerados como
señales que dan plena dimensión a la realidad; además, enlazan
la existencia humana con la naturaleza, sociedad y culturas.
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Igualmente, constituyen un equilibrio para la persona, por
ser bases organizativas y fundamentales para toda sociedad. Se
-
gún Passet, citado por Ramos (2006), el valor no se funda en la no
-
ción abstracta del ser, sino en la realidad concreta del individuo
como consciente, inteligente y libre; por ende, su concepto es si
-
nónimo de creencias personales, relativas a lo bueno, justo y her
-
moso, que impulsan a la acción, a cierto tipo especial de conducta
en la vida.
En relación con sus implicaciones, el autor antes citado
plantea que los valores fundamentales, complementan al instin
-
to, como el motor de las personas; en consecuencia, si se carece
de ellos, el comportamiento humano no tiene rumbo, es caótico y
autodestructivo. En efecto, se reconoce la importancia de los per
-
sonales, al considerar que sin ellos no se pueden vivir y mucho
menos llevar una existencia satisfactoria. Por otra parte, dichos
valores cambian en: la sociedad, profesionales e individuos. Cabe
agregar que en las personas se producen por medio de nuevas in-
formaciones recibidas, o bien, ante acontecimientos que no con-
cuerdan con la escala de valores, y es entonces cuando se logra su
clarificación.
Por las razones antes expuestas, los directivos de las univer-
sidades deben transmitir constantemente los valores organiza-
cionales existentes mediante un proceso de socialización, capaz
de fortalecer la internalización de los mismos en los empleados,
para así alcanzar su identidad y compromiso. En este sentido,
Ramos (2006) manifiesta que dentro de dichos valores fundamen
-
tales se tienen:
Amor
Las personas necesitan sentir amor, a fin de lograr su satis
-
facción emocional de diversos modos, principalmente mediante la
promoción de acciones recíprocas que hacen percibir la relación
con sus semejantes y pertenecer o ser parte de algo. Amar a al
-
guien, significa querer que tenga vida y la existencia es el primer
baluarte del amor.
El autor antes citado plantea que el amor es como el vértice
hacia el cual confluyen todas las líneas; por mucho que avance la
ciencia y los descubrimientos se repitan, seguirá siendo siempre
un gran motivo de la existencia humana para crear, inventar o
trabajar en función de la sociedad y conservación de la historia e
individuos.
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En efecto, algunos indicadores del amor son la sencillez, en
-
trega, generosidad, autenticidad, intimidad, afecto, caridad, ayu
-
da, compasión, amistad, tolerancia, compresión, dedicación,
energía, motivación, entre otros. Como valor fundamental repre
-
senta una necesidad básica que se debe satisfacer para poder de
-
sarrollarse satisfactoriamente.
Por ello, se hace necesario promover acciones mediante las
cuales los directivos compartan con sus colaboradores dentro del
contexto universitario, para que el valor del amor se haga expan
-
sivo y llegue a ser solidario. Es así como el hecho de compartir es
considerado como una dimensión relacional, cuya tarea es apro
-
ximarse, acercarse a lo que estaba lejos para sentir que no existen
barreras y lograr una comunicación y participación más activa; al
mismo tiempo, se alcanzará el valor de la paciencia, sencillez, jus
-
ticia, generosidad, confianza, esperanza y perdón en los trabaja-
dores.
Trabajo
Trabajar es tener la posibilidad de crear y esto supone reali-
zación y desarrollo; el trabajo amerita transformación, pero este
enfoque depende del sentido que cada quien le dé. Su valoración
obedece, en gran parte, al entusiasmo como energía interna que
se mantiene y se refuerza con la acción, autoestima, estímulo e
impulso que deriva de un estado interior, favorecido tanto por el
ambiente como por las características de las personas. Al mismo
tiempo, supone transformar algo, en pro del progreso humano.
En este sentido, Maslow, citado por Robbins (2005), considera
esto como un paso orientado a lograr la realización personal y un
motivo para vivir, siempre que el amor sea parte del móvil.
En efecto, la importancia del trabajo implica derechos y de
-
beres; por consiguiente, las universidades deben educar en valo
-
res, desde el enfoque que la autorrealización, desarrollo de la au
-
toestima y creatividad, a fin de crear espacios dignos de atención
para lograr el desarrollo total, justo y ético de los empleados.
Honestidad
Ser honesto es una virtud, un modo de comportarse, valor
que asume un individuo para lograr la realización de su vida, es así
como una persona que aplica este valor es coherente consigo mis
-
ma, por encima y a pesar de las dificultades; asimismo, está libre
de otros avatares que le impiden el cumplimiento de sus ideales.
Cabe destacar que algunos pilares que sustentan la honesti
-
dad son: conciencia ética y moral, rectitud de intención, identifi
-
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cación permanente con la verdad, vivir conforme a principios, ser
auténtico, sencillo, humilde, huir de las apariencias. Por otra par
-
te, Garza (2004) expone la importancia del desarrollo de las rela
-
ciones entre los individuos en un marco de honestidad, en el cual
cada uno pueda tener confianza sobre la veracidad de lo que es
-
cucha y sobre la autenticidad de las acciones observadas. En este
sentido, adquiere un valor trascedente orientado al desarrollo de
conductas laborales transparentes y congruentes con los princi
-
pios organizacionales, priorizando el buen uso de los recursos
asignados.
Responsabilidad
Ser responsable supone responder en cada caso particular a
los valores que involucran los actos humanos, cuando se preten
-
de lograr altos ideales y hacerlo con gusto. De igual modo, la res
-
ponsabilidad trasciende al cumplimiento de los deberes, a fin de
preservar la disposición a cada acción que va ocurriendo en la
vida, lo cual conduce a reflexiones de aceptación y certeza de es-
tar haciendo lo mejor. Con respecto a lo anteriormente expuesto,
Garza (2004) opina que una persona íntegra es aquella que cum-
ple responsablemente con los compromisos contraídos, por tan-
to, debe existir un ambiente de colaboración entre los empleados.
Ante estas consideraciones, es fundamental que los directi-
vos fomenten y refuercen el valor de la responsabilidad para lo-
grar en los empleados la actitud de disponibilidad, aprender a
pensar en positivo ante las dificultades, estar motivado y estimu
-
lado, no caer en el desánimo para cumplir el proyecto de vida,
existir comprendiendo las necesidades de los otros; todos estos
aspectos ayudarán a consolidar colaboradores más comprometi
-
dos con sus funciones y metas organizacionales.
Libertad
A este respecto Ramos (2006), señala que no siempre la liber
-
tad ha tenido el mismo significado; los griegos y romanos conce
-
bían esta facultad humana como parte de los derechos públicos;
asimismo, se desconocía la vida privada, por el contrario lo que hoy
el hombre moderno entiende por libertad, es justamente lo conce
-
bido en términos de que los individuos tienen derecho al reconoci
-
miento de este principio por parte de la sociedad y las leyes. Al mis
-
mo tiempo, plantea que los derechos vienen dados en todas las fa
-
cetas de la realización del ser humano: derecho a escoger trabajo,
expresar sus ideas, disponer de su tiempo y propiedades, igualdad
ante la ley, a no sufrir daños ni violencia, entre otros.
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Igualmente, Garza (2004) agrega que es importante valorar
la libertad como un elemento indispensable para el desarrollo au
-
tónomo de la propia personalidad, por tanto, se considera que la
conciencia propia y la madurez moral del individuo, y no factores
externos, deben ser determinantes en su forma correcta de proce
-
der. Dentro de ese marco de ideas, sentirse libre se traduce en es
-
coger, seleccionar y jerarquizar los valores; por otra parte, supone
una actitud personal y social, que implica cumplir con las obliga
-
ciones y usar los propios derechos para ser autónomo y no condi
-
cionar la independenciade los otros.
1.2. Valores organizacionales: cimientos de la cultura
organizacional
Los valores orientan la conducta del personal y determinan
la dirección global de la empresa, a fin de facilitar la generación
del compromiso de los individuos que la conforman hacia la reali-
zación de objetivos de interés colectivo y el esfuerzo necesario
para lograr un clima armónico, determinante del proyecto de vida
organizacional, el cual caracteriza a las instituciones exitosas.
En tal sentido, Fiorino (2008) señala que los valores organi-
zacionales son impulsores principales de la actuación de las per-
sonas y las organizaciones; son los que otorgan cohesión y senti-
do de pertenencia, estableciendo compromisos éticos entre sus
miembros. De igual manera, comprometen a sus miembros en
una tarea misional de diagnóstico cualitativo, mediante la cual
analice el estado de desarrollo humano de la organización, con
sentido realista y consecuente.
En el mismo orden de ideas, Amaru (2009) coincide con el
autor antes mencionado, al plantear que los valores son juicios
con respecto a lo que es deseable e indeseable y ofrecen justifica
-
ciones para tomar decisiones. Los valores organizacionales for
-
man la base de los códigos de ética, los cuales orientan el compor
-
tamiento ético y permiten clasificar las conductas dentro de cual
-
quier escala de desarrollo moral.
En este contexto, constituyen herramientas valiosas para
direccionar la organización hacia la consecución de los objetivos y
metas propuestas, impulsadas por el compromiso y la visión
compartida de todos sus miembros, por tanto, contribuyen a es
-
tablecer una disciplina de vida y crear niveles de responsabilidad
y compromiso con la empresa. Además, el nivel de conciencia, así
como la elaboración de ideas que tenga la persona con respecto a
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sus valores, le permitirá una mejor regulación y autocontrol en el
entorno laboral en el cual se desenvuelve. Por su parte, O’Donnell
(2007) señala algunos tipos de valores organizacionales que de
-
ben estar presentes en el contexto de la empresa, como los son:
Comunicación
Según el autor antes citado, la comunicación es compartir lo
común, establecer un puente entre dos o más personas, lo cual
hace posible cambiar sentimientos, información, percepciones y
opiniones. De esta forma se puede comprender también que la co
-
municación es la base de la creación del sentido de comunidad,
tan importante para cualquier grupo de personas que conviven,
como es el caso de las universidades.
En el contexto de las universidades, el objetivo de la comuni
-
cación es lograr resultados positivos que produzcan los efectos
deseados; para ello los directivos deben mantener un diálogo
abierto con todos los empleados y actuar con tolerancia, respe-
tando siempre las cualidades, ideas y sentimientos de los demás.
Por otra parte, para que la comunicación sea realmente efectiva,
es necesario reconocer la intención implícita de un mensaje y
aprender a percibir su idea principal, sin prejuzgar ni rechazar su
contenido.
Asimismo, ser tolerante es una acción imprescindible en la
realización de discusiones positivas dentro del equipo; para lo-
grarlo es necesario ser paciente, dedicar tiempo a escuchar aten-
tamente a su interlocutor o interlocutores y procurar comprender
sus sentimientos al emitir el mensaje, debido a que la afectividad
es más motivadora que el raciocinio; pues al priorizar lo que le
dice el corazón, resulta más probable lograr una mejor comunica
-
ción, y por consiguiente, se incrementará el respeto mutuo, base
primordial del funcionamiento de un equipo eficiente.
Por su parte, Amaru (2009) plantea que la comunicación de
-
pende de las relaciones interpersonales en las organizaciones. La
negociación, delegación, venta de ideas, motivación, liderazgo,
orientación de los empleados, evaluación de desempeño, entre
otras funciones gerenciales, exigen una elevada capacidad de co
-
municación. En este sentido, este proceso está implícito en accio
-
nes desarrolladas por las universidades, tales como: definición de
metas específicas, seguimiento de la evolución de los objetivos
planteados y reforzamiento de comportamientos deseados, a fin
de estimular la motivación.
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Sobre la base de las consideraciones anteriores, se resalta la
comunicación como mecanismo fundamental mediante el cual
los miembros de un quipo de trabajo manifiestan sus frustracio
-
nes y satisfacción, como parte de la interacción social. Por ende,
estimula el rendimiento, fomenta los valores organizacionales,
proporciona un medio de expresión emocional, contribuye a to
-
mar decisiones para el logro de un desempeño eficaz.
Confianza
De acuerdo con los planteamientos de O’Donnell (2007), la
confianza entre dos personas es una creencia compartida, basa
-
da en que un individuo puede depender de otro para alcanzar los
objetivos comunes, sin necesidad de controlar sus acciones. En
este marco de ideas, muchas veces, la realización de cambios po
-
sitivos tiene como barrera la falta de confianza en el entorno orga
-
nizativo.
Ante ello, el autor antes mencionado, agrega que la confian-
za cumple un papel fundamental en la creación y mantenimiento
saludable de las empresas. Asimismo, es lo contrario al control;
quienes creen que los engranajes solo funcionan cuando todo
está bajo su mando tienen dificultades para creer en los demás.
En consecuencia, si el personal percibe un ambiente que carece
de confianza, donde se siente vigilado y poco valorado, se genera-
ausencia de ánimo, conflictos entre los compañeros, miedo; así
como falta de iniciativa, creatividad y cooperación.
Por su parte, Downs (2006) plantea que la confianza se desa
-
rrolla y mantiene mediante pequeñas acciones con el tiempo. Por
esta razón, dicho fundamento hace que la persona sea honesta y
auténtica con respecto a sus clientes y con su personal. Atendien
-
do estas consideraciones, es de vital importancia reconocer su va
-
lor, debido a que esto contribuye con la promoción del sentido de
permanencia de los empleados en el contexto universitario, al fa
-
vorecer el respeto, creatividad y participación. Por ende, cuando
el personal se siente bien en un equipo, la interacción fluye mejor
y nace un sentimiento de cooperación que a su vez refuerza la
lealtad y complicidad, permitiendo recuperar la confianza en las
personas y en la planificación.
Diálogo
Al respecto, O’Donnell (2007) plantea que la transformación
comienza con el cambio de lenguaje; el desarrollo de una cultura
de diálogo en la que el significado fluya constantemente es un be
-
neficio que brinda la comunicación e identifica lo que se tiene en
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común con los interlocutores para que el significado fluya y se
construyan fuentes y no muros.
No obstante, dialogar y comunicar son verbos que van uni
-
dos; en este sentido, el objetivo de crear un ambiente de diálogo,
orientado a las soluciones, tiene un impacto muy positivo en toda
institución; cabe destacar que cuando los participantes están
abiertos a ello, se consideran compañeros que trabajan juntos
con los mismos fines, sin ver las diferencias de perspectiva como
incompatibilidades; más bien las perciben como aspectos com
-
plementarios, lo cual ayuda a mantener un alto grado de equili
-
brio entre la subjetividad y objetividad.
En relación con esto último, la objetividad casi siempre se
mantiene al existir un elevado sentido del propósito; es decir,
cuando las metas, principios, políticas, que previamente todos han
acordado, se superponen a consideraciones menores; en otras pa-
labras, el diálogo fluye más fácilmente al tener una intención ho-
nesta de clarificar cualquier asunto y perseverar los acuerdos.
Por otraparte, la propia existencia natural de la subjetividad
de las posiciones, se convierte en un ingrediente que enriquece al
diálogo, precisamente por la diversidad de las perspectivas y ex-
periencias de todos; a su vez, al desarrollarse en un ambiente
abierto y sincero puede incluso beneficiar a los asuntos indiscuti-
bles, con el fin de resolver los problemas serios en una atmósfera
de interés mutuo.
Igualmente, Gil’Adí (2006) plantea que cuando el diálogo es
eficiente, el grupo puede claramente ver y sentir la suma de las
habilidades creativas individuales de sus participantes para lle
-
gar a niveles a los cuales ninguno pudo haber pensado que se po
-
día llegar. En efecto, en el contexto universitario es esencial crear
un espacio propicio donde empleados piensen en conjunto, a fin
de alcanzar nuevos niveles de avenencia y capacidad, por tanto,
de nada sirve modificar las técnicas de comunicación si no se
cambian también los sentimientos y la visión que poseen los uno
de los otros, al ser estos aspectos definitorios de las relaciones.
Así pues, el punto inicial del diálogo, a mantener por los directi
-
vos, debe ser la visión positiva que se tiene de los demás, porque
de esta forma se generan buenos sentimientos.
Afrontar cambios
En relación con los cambios, O’Donnell (2007) expresa que
la actual situación de caos del mundo globalizado exige que todos
los empleados tengan la capacidad personal para responder a las
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trasformaciones. Al tratarse de un contexto nuevo de cambios
continuos y rápidos, afectan a todos los niveles de cualquier orga
-
nización. Por esta razón, la cooperación, flexibilidad, respeto mu
-
tuo, compromiso se hacen indispensables con el trabajo y equipo.
Al mismo tiempo, la capacidad de afrontar con éxito los cam
-
bios tiene muchas ventajas, como por ejemplo: más control natu
-
ral sobre las situaciones y emociones, menos confusión, desarro
-
llo de la flexibilidad y adaptabilidad; además, favorece el aprendi
-
zaje de lecciones surgidas a partir de la resistencia ante las trans
-
formaciones, abandono de ideas y métodos antiguos que ya no
dan resultado, evoluciones con éxito que generan confianza en el
futuro, oportunidad de generar la energía creativa, entre otras.
Por su parte, Modesta, Connie y Gatz (2004) afirman que
cuando ciertas personas afrontar un cambio laboral, por mínimo
que sea, representa un verdadero sufrimiento y es capaz de pro-
vocar sentimientos de tristeza, frustración, a tal grado que pue-
den padecer alteraciones físicas, tales como: insomnio, dolores de
cabeza, estrés, entre otras.
A los efectos de esto, los autores antes citados agregan que
algunos de los empleados pierden tanta energía emocional en afe-
rrarse a viejos hábitos y convicciones que no les queda más para
afrontar los cambios que se están produciendo dentro de la orga-
nización. Por tanto, esa actitud negativa perjudica a los compañe-
ros de trabajo, pero también disminuye la capacidad para tomar
decisiones y causa perjuicios irremediables ante las posibilidades
de éxito futuro dentro de la institución a la que pertenecen.
No obstante, el ser humano es capaz de adaptarse a todos los
cambios por experimentar en los diferentes ámbitos: empresa, fa
-
milia, sociedad, entre otros, y debe hacerlo con determinación y
optimismo. En referencia a las universidades, en estos tiempos de
cambios vertiginosos, se requieren empleados y directivos que
sean lo suficientemente íntegros emocionalmente para enfrentar
el cambio con audacia, sin quejas, apatías, ni temor.
Respeto
Para O’Donnell (2007), el respeto consiste en reconocer que
cada ser tiene su propio mérito o cualidad. Al mismo tiempo, ser
consciente de ello ayuda a concentrar la visión en las virtudes de
las personas, no en sus defectos. El mencionado autor agrega que
este valor se obtiene cuando se da el ejemplo; también plantea
que sólo se respeta a los demás cuando se consigue respetarse a
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uno mismo. Sin esto, la capacidad de interacción y de comunica
-
ción saldría perjudicada.
En consecuencia, no es posible exigir ni ganar el respeto au
-
téntico sin una valoración esencial. Incluso, es viable que la gente
acate la función o el grado de conocimiento, pero el respeto mismo
es el espejo de lo que se muestra a los demás. Por tanto, eso signifi
-
ca que antes de tener en cuenta el cargo o la importancia del indivi
-
duo, se debe aceptar y escucharlo, porque el solo hecho de ser hu
-
mano ya es importante, independientemente de sus virtudes y de
-
fectos, se debe relacionar con las personas, no con las funciones.
Con base en lo anterior, las universidades deben tener pre
-
sente y considerar que a pesar de las jerarquías existentes dentro
de ellas, al igual de las funciones con mayor grado de responsabi
-
lidad, se debe considerar la condición de los seres humanos, tra
-
tar con respeto mutuo y no confundir los roles. En este sentido,
los empleados tienen cualidades y necesidades por cubrir y explo-
rar. Asimismo, los verdaderos líderes podrán manejar los asuntos
difíciles o los errores con firmeza, sin descalificar el lado humano
de las personas que laboran en la institución.
Ética
Cabe destacar que O’Donnell (2007) incluye la ética como un
valor, desde la filosofía moral, puesto que ésta constituye un mo-
delo ideal de buena conducta socialmente establecido, a su vez,
los empleados deben mantener un comportamiento honesto, jus-
to, que involucra la toma de decisiones, lo cual pueden afectar a
todos los miembros de la organización, en tal sentido, el valor éti
-
co orienta las acciones racionales en sus empleados. Al respecto,
el autor mencionado, define la ética como un conjunto de reglas o
código que determina cómo se debe actuar o utilizar los distintos
recursos que se tienen a disposición.
Por otra parte, la ética en el ámbito organizacional se ocupa
del estudio de las virtudes personales que deben estar presentes
en el entorno institucional. Dichas virtudes representan la ade
-
cuada percepción de lo que significa una vida productiva tanto
para un directivo, como grupo de individuos que forman parte de
una organización y sociedad en la cual está inserta dicha institu
-
ción. En tal sentido, Cortina (2000) plantea que cuando se en
-
cuentra presente la ética, se transforma y revitalizan las institu
-
ciones modernas, generando así cambios positivos en los indivi
-
duos, empresa y, en última instancia, en la sociedad general.
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Por esta razón, Sánchez (2002) concluye que uno de los ele
-
mentos primordiales de toda organización es la práctica de la ge
-
rencia, según los nuevos requerimientos de la actualidad. Esto
conduce a la aplicación de mecanismos administrativos, así como
el desarrollo de una gestión caracterizada por la innovación, a
partir de las acciones de la directiva, empleando un liderazgo
ajustado al contexto social, económico y político, así como una
actitud ética, conducente al bien común, como integrador de lo
humano en pro de la comunidad.
Dentro de esta perspectiva, las universidades deben ser ca
-
paces de diseñar procedimientos para la toma de decisiones, ba
-
sadas en un esquema de responsabilidades caracterizado por la
implicación compartida de todos los implicados. Por ello, se hace
necesario contar con una plataforma ética, apoyada en la misión
y valores, regulando así la vida cotidiana y aquellos conflictos que
se puedan generar en la institución.
Liderazgo
Para el cumplimiento eficiente de sus funciones o desempe-
ño eficaz de las actividades, el líder (directivo) debe capacitarse
constantemente con el propósito de crecer y desarrollar cualida-
des intelectuales que le ayuden a incrementar la productividad,
creatividad e innovación del trabajo, a fin de lograr los objetivos
planificados.
Con referencia a lo anterior, Robbins (2006) plantea que el li-
derazgo es la capacidad de una persona para influir en los demás
y poseer autoridad gerencial. Sin embargo, no todos los líderes
tienen las destrezas de los gerentes eficaces, por esta razón, no es
imperativo que todo individuo que ejerza dominio en otros tam
-
bién tenga la capacidad de planear, organizar y controlar.
Por otra parte, O’Donnell (2007) afirma que un líder no nece
-
sariamente es un individuo que posee un cargo formal o de man
-
do. Agrega el autor que uno de los mitos derrumbados ante el
nuevo paradigma es la idea centrada en que éste debe ser desig
-
nado formalmente para serlo de verdad. En ese caso, el liderazgo
acaba viéndose como un cargo, no como una actitud, visión o
comportamiento.
Igualmente, Amaru (2009) plantea que el líder debe tener la
capacidad de conducir las acciones de otros o influir en su com
-
portamiento; de esta manera deben enfatizar el contenido moral
en sus colaboradores para crear un ambiente donde las personas
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se sientan cómodas, obteniendo así resultados satisfactorios
para la organización y se pueda producir un ganar-ganar.
En este sentido, las definiciones de Robbins (2006), O’Don
-
nell (2007), Amaru (2009), evidencian que el líder debe poseer un
conjunto de cualidades para lograr una comunicación efectiva
entre todos, obtener el éxito y alcanzar el logro de los objetivos de
la organización; a su vez, aprovechar al máximo el potencial hu
-
mano disponible.
Para efecto de la presente investigación, cabe destacar que
los directivos de las universidades deben ser verdaderos líderes,
con carácter, personalidad, actitudes, con visión de orientación,
fomentando relaciones positivas con sus colaboradores, que ins
-
piren a su equipo de trabajo a realizar sus funciones con convic
-
ción, calidad de servicio y no por obligación.
Trabajo en equipo
La puesta en práctica de los valores es especialmente nece-
saria en las relaciones interpersonales de los grupos de trabajo.
La dinámica de las interacciones de los grupos menores que tra-
bajan muy cercanos entre sí, a diario muestra la asimilación de
los valores que la organización establece como parte importante
del éxito de su misión.
Con respecto al trabajo en equipo, O’Donnell (2007) opina
que radica en el entendimiento de la dinámica de las relaciones
humanas y la forma como uno mismo se trate; también, determi-
nará la relación con los demás. En otras palabras, si se tiene una
buena disposición interior, se logrará ser más amable y compresi
-
ble. En este sentido, la capacidad de apreciar, escuchar mejor,
aceptar e, incluso, perdonar se convertirá en un hábito que deter
-
minará la calidad de la relación. Algunos de sus beneficios, se
centran en: obtener respuestas claras y honestas, mayor número
de soluciones creativas y eficaces a los problemas complejos, sig
-
nificativo compromiso con el objetivo de la organización, así como
notable solidaridad, complicidad, ánimo, motivación contagiosa,
confianza, respeto individual entre los miembros del equipo, en
-
tre otros.
Robbins (2006) plantea que los equipos de trabajo son gru
-
pos constituidos por miembros que laboran en función de alcan
-
zar un objetivo común, empleando su sinergia positiva, responsa
-
bilidad individual, mutua y destrezas complementarias. Asimis
-
mo, la unión de los esfuerzos individuales de los miembros del
equipo da como resultado un mejor desempeño.
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Valores organizacionales: Una visión ética y humanística en el contexto universitario
Jessica González, Desiree Albornoz y Aivel Calimán _______________________________
Por todas estas razones, se ha hecho imprescindible el tra
-
bajo en equipo eficaz. Así pues, el rendimiento de una organiza
-
ción está íntimamente relacionado con las formas de interacción
de los equipos que la conforman. Además, la sinergia debe utili
-
zarse en el contexto universitario como un mecanismo para in
-
fluir en los resultados, porque mediante la cooperación mutua se
pueden agilizar los procesos. Por otra parte, es imposible predicar
los valores, si la experiencia dentro de los equipos y entre ellos
ésta provista de envidias, rivalidades y egos exaltados.
1.3. Estrategias que fomentan los valores
organizacionales en el contexto universitario
Los valores se transforman en cada época; de igual manera,
hacen cambiar los tiempos y condicionan la relación del ser hu
-
mano con la realidad. En este sentido, éstos pueden captarse y
descubrirse, según las exigencias de cada época y con apoyo de
personas o grupos capaces de intuirlos para que salgan por enci-
ma de la superficie.
Por tanto, la importancia de los valores radica en la razón de
ser del hombre y es la moral el aspecto axiológico que más influye
en la constitución de la personalidad del individuo como su com-
portamiento responsable en la sociedad. Es de vital relevancia
considerar su concepción como pautas de conducta del individuo
y representan la base de su autoestima, lo cual conduce a tomar
decisiones con responsabilidad en una escala fundamentada en
principios y reglas éticas. En este contexto, Siliceo, Cáceres y
González (1999) plantean que se debe considerar un modelo de
estrategias basadas en valores organizaciones en la praxis em
-
presarial, enmarcadas en las siguientes fases:
Modelaje directivo
Representa la columna vertebral de la estrategia que se ini
-
cia con la definición de los nuevos valores o revitalización de los
existentes. Es por ello que el enfoque de la gerencia se debe basar
en fomentar continuamente los valores institucionales, para in
-
ternalizarlos en los empleados y sean la orientación del comporta
-
miento de los mismos.
Para Serna (2006), la planificación estratégica es un proceso
que conduce a una manera de pensar y a la creación de un siste
-
ma gerencial inspirado en una cultura estratégica, debido a que
las organizaciones deben tener claro hacia donde van para crecer,
37
_____________________________________ Innovación y Gerencia. Vol. IV. 1, 2011
generar utilidades y permanecer en el mercado; es decir, definir
su direccionamiento.
Al respecto, SunTzu (2005) expresa que la esencia del direc
-
tivo estratégico debe estar apegada a sus valores, personal y em
-
presa, con la disposición de anteponer las necesidades de los de
-
más a las propias; con un carácter fuerte y templado, dispuesto a
guiar más allá de las palabras, mediante el ejemplo; compartir las
preocupaciones de los empelados, no solo los triunfos; motivar
emocionalmente, además de lo material; encomendar a todos mi
-
siones definidas con claridad para lograr una estrategia basada
en valores que impulsen a la organización.
En este sentido, en el proceso de la planificación estratégica,
los directivos de las universidades a parte de tener la función de
determinar sus objetivos y los mecanismo para alcanzarlos, a su
vez deben establecer los valores organizacionales por los cuales
se van a guiar todos sus miembros y lograr con el liderazgo que di-
chos valores se conviertan en compartidos, de esta manera se po-
drá alcanzar el compromiso de los empleados con el sentido de
pertenencia hacia la institución. Igualmente, mediante esta he-
rramienta, los directivos pueden influir en la percepción y emo-
ciones del personal.
Comunicación e imagen corporativa
Según Siliceo, Cáceres y González (1999), estos elementos
corresponden al uso de los medios de comunicación disponibles
para dar a conocer y tener presente los valores. Dentro de este
marco, la comunicación, entendida como un elemento estratégico
del quehacer de toda empresa, tiene la misión de llevar a cabo
campañas de sensibilización, educación y formación para trans
-
mitir de manera constante los valores institucionales.
En tal sentido, Weil (2006) resalta que la comunicación es un
acto que enuncia la vocación de la empresa, convoca a la participa
-
ción interna real, a la movilización externa y se apoya en los valores
clave en los que funda la ética de la empresa. Por su parte, la imagen
corporativa representa uno de los principales activos de la organiza
-
ción, al contribuir a determinar el comportamiento de las personas
en relación con la institución y facilita la lealtad de sus voluntarios e
impulsa un espíritu de unión entre sus colaboradores.
Al respecto, Villafañe (2004) expresa que la imagen corpora
-
tiva puede ser efectiva si reúne condiciones, tales como: represen
-
tar una síntesis de la realidad de la organización, al proyectar fiel
-
mente la cultura y los valores existentes en ella; tener un carácter
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Valores organizacionales: Una visión ética y humanística en el contexto universitario
Jessica González, Desiree Albornoz y Aivel Calimán _______________________________
singular y exclusivo para facilitar la identificación de la institu
-
ción; finalmente, distinguirse por aspectos enmarcados en la efi
-
cacia y coherencia, opuestos a la dispersión y equívoco.
Por otra parte, agrega el autor antes citado que la imagen de la
organización es el resultado de la unión de percepciones produci
-
das en las mentes de las personas que forman las diversas audien
-
cias con las cuales interactúa. Es un imperceptible producto de un
proceso continuo en el cual el emisor sólo actúa mediante sus
mensajes y canales de comunicación, publicidad, logo, marca, di
-
seño y a través del comportamiento de las personas vinculadas.
Para la presente investigación, la comunicación y la imagen
corporativa se relacionan con los valores organizaciones, debido a
que las universidades en la medida que transmiten los valores, el
personal se va identificando y, a su vez, proyectan cómo es la ins
-
titución ante al cliente externo y su calidad de servicio, por medio
de la reunión de todos los mensajes que haya recibido. Igualmen-
te, el control de las comunicaciones debe ser responsabilidad de
la alta dirección, en tanto que se resalta una información trascen-
dental para conocer lo que quiere alcanzar la misma.
Al mismo tiempo, es necesario que el personal directivo a
cargo de la comunicación corporativa, no sólo conozca las técni-
cas de comunicación, también debe ser consciente del rol que
ocupa en la institución para poder transmitir una imagen corpo-
rativa que sea el fiel reflejo de los retos a enfrentar constantemen-
te; de igual manera, la imagen básica junto con la misión consti
-
tuirá el documento corporativo sobre el cual deberá apoyarse la
identidad de la empresa.
Alineación de los sistemas de talento humano
Según Siliceo, Cáceres y González (1999), esta alineación
implica todos los sistemas a través de los cuales el reclutamiento,
selección y evaluación del desempeño deben estar orientados a
implantar y reforzar de forma permanente la cultura y los valores
de la organización. No obstante, la gestión del talento humano en
una organización es un pilar muy importante que contribuye a
promover los valores en una institución; es una labor que deter
-
mina el clima laboral y comportamiento que desea la empresa al
momento de la selección de personal, entrenamiento, gestión de
competencias, promociones y ascensos.
Asimismo, Gómez (2004) expresa que el departamento de ta
-
lento humano es el principal responsable en ayudar a la empresa
a cumplir sus objetivos empresariales; por tanto, los directivos,
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en fusión con dicho departamento, contribuyen a los buenos re
-
sultados de la organización; por otra parte, deben emplear estra
-
tegias para atraer y mantener al tipo de empleado que mejor se
ajuste a la cultura y a los valores de la institución.
Igualmente, De la Calle y Ortiz (2004) exponen que la admi
-
nistración del talento humano consiste en la planeación, organi
-
zación, desarrollo y coordinación, así como también control de
técnicas aptas para impulsar el desempeño eficiente del personal;
a la vez que la organización representa el medio que permite al
-
canzar los objetivos individuales, relacionados directa o indirec
-
tamente con el trabajo, a las personas que colaboran en ella.
Todas estas consideraciones están enlazadas con el contex
-
to de la investigación, debido a que la alineación de los sistemas
de talento humano dentro de las universidades debe contribuir a
proporcionar identidad organizativa; en este sentido, desde el
momento en el cual un candidato aspira a ingresar se debe orien-
tar y comunicar los objetivos, lineamientos, políticas, entre otros,
para que conozcan, asimilen y vivan los valores de la institución;
por otra parte, una vez que ingrese el personal, es necesario refor-
zar continuamente dichos valores, a fin de lograr su internaliza-
ción en todos los miembros.
Monitoreo y seguimiento
De acuerdo con los planteamientos de Siliceo, Cáceres y
González (1999), el nombramiento de un comité directivo es in-
dispensable para el éxito de la estrategia, el cual tiene la respon
-
sabilidad de diseñar toda táctica y seguimiento e implantación de
valores. En efecto, el enfoque hacia el monitoreo hace que los va
-
lores compartidos, normas, tradiciones, rituales, creencias y
otros aspectos de la cultura de la organización regulen el compor
-
tamiento de los empleados.
Por su parte, Robbins (2005) indica que el monitoreo es el
proceso que consiste en supervisar las actividades para garanti
-
zar que se realice según lo planeado y corregir cualquier desvia
-
ción significativa; por ende, un sistema de seguimiento eficaz ase
-
gura que las actividades se completen de tal manera que conduz
-
can al logro de los objetivos de la organización. Esto es importante
debido a que se puede verificar si los empleados se sienten moti
-
vados, si están cumpliendo con los objetivos establecidos y si de
-
sarrollan las acciones necesarias para lograrlo.
En este sentido, Amaru (2009) expresa que el monitoreo es el
proceso de producir información para tomar decisiones sobre la
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Valores organizacionales: Una visión ética y humanística en el contexto universitario
Jessica González, Desiree Albornoz y Aivel Calimán _______________________________
realización de objetivos; además, permite mantener una organi
-
zación o sistema orientado hacia los valores organizacionales. Es
importante destacar que las universidades deben instaurar los
valores mediante objetivos claros para lograr mantener su posi
-
ción y garantizar la gestión ética; igualmente, los valores geren
-
ciales representan indicadores de las decisiones, lo cual les per
-
mite a los gerentes planificar, organizar, dirigir y controlar las ac
-
tividades organizacionales, moldeando así el comportamiento de
los miembros.
Conclusiones
En algunas ocasiones, los valores organizacionales son toma
-
dos como aspectos vanos que realmente no inciden en el desempe
-
ño, sin embargo, al analizar sus verdaderos alcances constituyen el
punto de partida, generando importantes beneficios, tanto para los
trabajadores como para las instituciones que los aplican.
En ese sentido, los valores forman parte de la cultura organi-
zacional, simultáneamente con el conjunto de creencias y patro-
nes de comportamientos que diferencian a una organización de
otra. De esta manera, en el contexto universitario, los valores de-
ben ser definidos con un propósito de evolución y sostenibilidad a
lo largo del tiempo; asimismo, deben ser un medio para que las
personas desarrollen su creatividad y generar relaciones de inter-
dependencia, marcadas por el respeto, confianza, lealtad, inteli
-
gencia, autosuperación y principios éticos.
Por tanto, un aspecto que debe tomarse en cuenta en las ins
-
tituciones es precisamente el lado humano, al considerar que en
la actualidad las personas representan el principal activo estraté
-
gico en la era del talento humano; en la práctica cotidiana muy
pocas empresas lo aplican a conciencia o simplemente no lo to
-
man en cuenta; por ello, las organizaciones basadas en valores
humanos, asumen la responsabilidad activa de educar, poten
-
ciar, desarrollar personas con calidad intrínseca y extrínseca que
permitan la excelencia empresarial, en donde los directivos repre
-
sentan un rol fundamental, pues son responsables de proyectar
mediante sus ejemplos la conducta deseada.
Ante tal situación, frente a un contexto laboral dinámico, en
el cual cada día se hace más difícil encontrarse consigo mismo y
compartir la información, la importancia de transmitir y afianzar
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los valores organizacionales puede generar espacios de diálogo,
trabajo en equipo y práctica de principios éticos.
No obstante, estas estrategias gerenciales arrojarán resulta
-
dos positivos si se ponen en práctica cada uno de los elementos
antes mencionados, haciendo comprender la necesidad de afian
-
zar los valores para lograr el compromiso deseado por parte del
empleado y así recuperar la escala que le da sentido a la verdade
-
ra dimensión del ser humano.
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