tanto, se puede afirmar que este factor está relacionado con la
historia de vida, influida por el concepto de mundo que se maneja
y predomina en la época y lugar en donde se vive. En consecuen
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cia, hay en esta noción un cruce: individuo, grupo y sociedad, por
un lado, y de la historia personal con la historia social, por otro.
En efecto, la identidad distingue el colectivo de otros. Así
como la identidad individual diferencia a la individualidad de
otras, la colectiva es a la vez común y desigual, según el contexto;
por ende cambia y supone alteridad. Por ello, no se puede recono
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cer una identidad, si a la vez no se reconoce una alteridad que se
presenta como su antagonista. Por ejemplo, para ciertos indivi
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duos, alguien puede ser culto y, para otros, ignorante o mediocre.
Según se ha visto, estos antagonismos crean conflictos con los
demás, pero también consigo mismos. Si el otro no confirma la iden
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tidad, se transforma en una amenaza y es frecuente que se intente
evitar el contacto con aquellos que amenazan o ponen en riesgo la
identidad, autoimagen y autoestima. En este contexto, puede recor-
darse la teoría de la jerarquización de las necesidades humanas de
Maslow, quien plantea lo referente a la necesidad de afiliación, pues
implica ser parte de algo, es decir, sentirse reconocido.
En este sentido, Robbins (2004) define la identificación como
la implicación psicológica, emocional y conceptual de las perso-
nas; también es considerada la aceptación de los valores y objeti-
vos organizacionales, a fin de obtener las metas establecidas por la
empresa y compartir la responsabilidad de éstas, generando mejo
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ras en los resultados laborales, mediante el cambio y la adhesión a
metas personales, estimuladoras de un mejor desempeño.
De igual forma, el autor citado menciona que la comprensión
y adherencia de la misión y visión de la organización es otro ele
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mento de la identificación, siendo un término enfocado al propio
conocimiento del significado de la institución y lo que se espera de
ésta a futuro, apegándose a los parámetros y desempeñando una
labor óptima dirigida al cumplimiento de éstos.
Cabe destacar que cada integrante debe estar identificado y
comprometido con la labor realizada para poder alcanzar los obje
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tivos de la empresa. Al conformar la identidad, se establece un
centro de gravedad en torno a sí mismo, el cual implica que más
allá de los cambios internos y externos, así como de los nuevos co
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nocimientos y saberes que una persona incorpora, existe un yo
relativamente unificado, es decir, el sujeto construye en casi dos
décadas de existencia una posición básica de ser en el mundo.
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_____________________________________ Innovación y Gerencia. Vol. IV. Nº 1, 2011