a, sino en el responder por el otro, por sus necesidades vitales, por
la vida; proyectando de esta forma la vida en comunidad.
Desde el punto vista ético, la comunidad tiene voz propia;
sus miembros activos cuentan con capacidad para ejecutar sus
propias decisiones, asumiendo el derecho de participar en los
procesos que afectan a la comunidad. Así pues, la ética es una di
-
mensión constitutiva, un componente básico e inseparable de la
investigación acción participativa-comunitaria y los valores de
esta participación tienen que ver con el logro de niveles social
-
mente aceptables de cooperación, justicia, libertad, igualdad, así
como protección social (Montenegro, 2004; Vayaells, 2007).
Así, las organizaciones socialmente responsables pueden
dar el empuje inicial; pero está en las comunidades organizadas
continuar la promoción de la transformación y cambio social. Por
ello, bajo esta perspectiva, sólo pensar que la responsabilidad so-
cial como actividades encaminadas a la consecución de un siste-
ma de bienestar social, sería estancarla en acciones paternalistas
o filantrópicas sin lograr su fin principal.
En el orden de las ideas anteriores, hoy, la responsabilidad
social de las organizaciones busca un uso productivo de los re-
cursos que se han transferido a las comunidades, los cuales se
manifiestan en bienes, servicios, infraestructura, trabajo produc-
tivo, entre otros. Se traduce en un proceso transformador estruc-
turado desde la situación de la comunidad y para mejora de la
misma; la comunidad como motor fundamental, el sujeto y objeto
de esta disciplina (Montero, 2004; Vayaells 2007).
Para efectos de la responsabilidad social, el consultar a las
comunidades tiene una doble dirección, por un lado, la organiza
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ción informa de todos los aspectos visualizados en programas-
proyectos, que tienen un impacto socio-económico y, por otro, re
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cibe las demandas para la comunidad, conjuntamente con otros
agentes sociales, para la toma de decisiones, en términos de prio
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ridades definidas según la interpretación de un colectivo.
Por tanto, según Montenegro (2004), esta acción de consul
-
tar a la comunidad, se estrecha con el proceso de identificación,
así como, la jerarquización de las necesidades; iniciativas desa
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rrolladas con la comunidad desde aquellas necesidades reales,
suscritas por ésta. Esta percepción establece la jerarquía necesa
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ria para generar las iniciativas del deseo de satisfacerlas, recono
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cidas en la inquietud del colectivo para ejercerla en la comunidad
de interés
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Responsabilidad social para las comunidades: Cimientos de una gestión organizacional
Juliana Ferrer, Esther Pulido y Fedra Colmenares _________________________________